Tuesday, September 19, 2006

La Etnografía y la CND

Dos investigadores del CIESAS DF asistieron a la CND como delegados de parte de nuestro sindicato. Roberto Melville y Aida Hernández comparten sus experiencias en las siguientes breves etnografías.

Reflexiona Dr. Melville sobre la etnografía contemporánea:

…un primer propósito de establecer un ejemplo, un estímulo, al uso de la etnografía en el mundo contemporáneo. La etnografía se diseñó como una forma de registro e información veraz sobre las condiciones de los pueblos inscritos en el regimen colonialista, sobre los cuales se tenía información distoricionada en occidente. Una vez que la antropología ha dejado de dedicarse al estudio de los pueblos sujetos a una condición colonial, y se ha abierto a otros fenómenos que podrían ser los tópicos de la sociología, las ciencias políticas, podemos poner en práctica la etnografía sobre estos fenómenos contemporáneos, y abrir a discusión sobre el rol que pueden jugar estas herramientas construidas en el pasado para resolver problemas de conocimientos sobre tales pueblos, aplicadas a otros problemas. Que hay que describir, que debemos observar, como darle una orientación nueva a la etnografía.

Creo que estos textos alrededor de las protestas de AMLO habn tenido un componente político. Me interesa informar donde otros medios institucionales no lo están haciendo, me gustaría que nustra institución tomara una postura académica sobre esta fenomenología del cambio que esta viviendo México. Y quizas esta es la variante con la que Aida se identifica más.

Luego Dr. Melville da su etnografía:

#18 La Convención Nacional Democrática

Hay tres maneras de informarse de lo que pasó en el Zócalo la tarde del 16 de septiembre de 2006 en México. Una, asistir al Zócalo y participar en vivo en la Convención Nacional Democrática. Dos, escuchar Radio Monitor en la frecuencia 1320 de AM, donde se trasmitió todo el evento, con interrupciones momentáneas del sonido. Tres, comprar algunos periódicos al día siguiente, que aún preservan cierto profesionalismo en la reproducción de las noticias. Y una cuarta es leer esta breve reseña.
Me registré en el sindicato (SUTCIESAS) como delegado a la convención y obtuve mi credencial con fotografía, firmada por Elenita Poniatowska Amor y otras dos firmas que no reconozco. Nos acercamos al centro por la calle de Monterrey, pues queríamos ver el (O la, la cuestión del sexo de los ángeles cobra sentido práctico) ángel(a) dorado(a) de la independencia recientemente inaugurado. Aun no desahogaban las calles los militares que habían participado en el desfile militar. Quizás por primera vez entendí que “la ciudadanía” que acude a ver el desfile militar está primariamente constituida por las jóvenes esposas y los hijos de los soldados, madres, abuelitos, hermanos y hermanas, vecinos de los soldados, y la composición popular de nuestro ejército es motivo de orgullo de las familias. Pensé en mis experiencias como padre de familia acudiendo a los desfiles escolares!
Luego, por Chapultepec nos acercamos a la Alameda, dejamos el auto en un estacionamiento de Luis Moya y caminamos hacia el punto de encuentro. Acudí al Palacio de Bellas Artes a las 14:30 donde habíamos quedado de reunirnos los compañeros del sindicato, para marchar juntos. Iba conmigo mi esposa, Mireya, sin credencial de delegada. No sabíamos si eventualmente esta circunstancia nos separaría, y habíamos hecho planes para volver cada quien por su lado a casa. Pero no tuvimos suerte de encontrar a nuestros compañeros. Y no habíamos comido. Así que nos encaminamos al Sanborn’s de los azulejos, para comer algo. La barra con puerta hacia 5 de Mayo estaba llena de hambrientos onvencionistas que portaban orgullosos su crdencial. Comimos un consomé de pollo y un plato de atún, y nos dispusimos a caminar hacia el Zócalo por Madero. Íbamos delate de un contingente del Sindicato de electricistas. Tuvimos que atravesar las calles de Motolinía y la de gante, creo, donde se estaban reuniendo los contingentes de Ixtapalapa e Ixtacalco. Caminamos hasta la iglesia de la Compañía, donde se formó un tapón. Nosotros nos hicimos a un lado y nos pegamos a la pared, comenzaba a lloviznar ligeramente. Al momento comenzó a marchar un contingente que venía encabezado con una banda popular que tocaba con excesivo entusiasmo “Sacaremos este buey de la barranca” contagiando a los participantes con el ritmo de tambores y timbales. Quizás el zócalo ya estaba lleno y la columna no avanzaba más. Comenzó a llover, suavemente al principio, copiosamente luego. No estábamos oyendo nada, no sabíamos si la convención había iniciado sus labores. Yo he estado delicado de salud los últimos días y convencí a Mireya que nos rajáramos ante la lluvia, y volvieramos a casa. Cuando caminábamos de vuelta la gente se animaba gritando, “llueve y llueve y el pueblo no se mueve”. Yo pensaba que lo decían por mí!
Ya en el carro, empapados, porque la lluvia arreció entre 4 y 4 y media, buscamos la transmisión de radio y ninguna estación trasmitía los discursos que estaban ocurriendo en el zócalo. Maldecíamos la ley televisa que ha tendido un velo de censura a las actividades de la oposición. La noche anterior, ninguna estación había trasmitido el histórico grito en el Zócalo por el Lic. Encinas desde el balcón del edificio del Ayuntamiento. Habían enviado cámaras a todas las plazas y delegaciones, pero no habían dedicado sino instantes instantáneos a una toma del Zócalo, Sin comentarios!
Pensamos que habíamos cometido un error. Pero al llegar a casa puse el radio en radio monitor, y cerca de las 5 de la tarde se comenzó a trasmitir el discurso de Elenita Poniatowska. Una pieza central, punto de arranque intelectual pero leída para arengar a las miles de gentes reunidas en el zócalo, señalando el fundamento constitucional de la convención, y su propósito renovador. Lo más valioso fue proclamar como “seres libres” a los participantes de la convención, no borregos, sino abiertos a la discusión y el disenso.
Luego intervienieron los presidentes de los partidos de la Coalición por el bien de todos: el PRD, Convergencia y el PT. Nada que subrayar. El punto tres consiste en la lectura de una síntesis de miles de actas de asambleas y foros celebrados en centros de trabajo, barrios, asambleas, comités. Hay un acuerdo básico con los ideales de la convención pero los participantes desean ahondar la discusión en temas específicos y programas más cercanos a las necesidades sociales y de sectores. Cuarto punto se trata de ponencias seleccionadas en torno a los puntos clave de la convención. Intervienen: Hermelinda Tiburcio, mujer indígena, para referirse a la lucha contra la pobreza y la discriminación. Luego Martín Esparza del Sindicato de electricistas se refirió a la defensa del patrimonio nacional. La ex diputada perredista Malu Micher acerca del combate al estado patriomonialista y la corrupción enumeró los principales escándalos y excesos de corrupción que se propician o protegen desde el estado (Provida, gober precioso, caso Paulina, Vamos México, muertas de Juárez, narcotráfico, mineros de Conchos, los niños Bibriesca, etc). Rafael Barajas, el Fisgón, ocupó la tribuna para ganar impulso para la transparencia y libertad de expresión: “Si los medios no informan, tendremos que informar nosotros” [Pensé yo: La etnografía antropológica se construyó para recoger la historia de los pueblos dispersos más allá de la Europa capitalista e informar puntualmente sobre las condiciones de vida del resto de la humanidad]. Y el tema de la política y la construcción de un nuevo estado democrático corrió a cargo de Luis Javier Garrido.
Terminadas estas ponencias, procedió a la votación a mano alzada de los delegados de las principales resolución de la convención: Jesusa Rodríguez llevó la cuenta de las manos alzadas a favor o en contra de las principales propuestas: 1) desconocer al usurpador, 2) rechazar la republica simulada, 3) reconocer el triunfo de AMLO, 4) Declarar a AMLO como “presidente legítimo” o “coordinador de la resistencia” [Ganó la primera opción por aplastante mayoría. Si yo me hubiera quedado en el zócalo soportando la lluvia, quizás habría tenido que soportar también la presión externa al levantar mi mano a favor de la segunda opción. Los presidentes de los partidos levantaron los brazos del nuevo presidente]. 5) La toma de posesión del presidente legítimo será el 20 de noviembre, y no el 1 de diciembre como algunos preferían. 6) La Convención se mantiene como asamblea soberana, y celebrará reuniones periódicas y la sede del gobierno será itinerante. 7) Se conformaron 3 comisiones, la de política nacional, la de resistencia civil, y la organizadora de la nueva constitución. Los nombres se barajaron por primera vez. Y por la radio se hizo notar el rechazo a Carlos Imaz como integrante de la comisión de resistencia: ¡Imaz no! 8) Se aprobó el programa básico de la convención, desarrollado por las cinco ponentes previos, 9) aprobación del plan de resistencia civil, con más de una docena de consignas de boicot, campaña de carteles, rechazo a las imposiciones, etc., 10) la cita para la próxima reunión de la Convención nacional Democrática el 21 de marzo de 2007.
Luego tocó cerrar el acto al “presidente legitimo”, quien formuló uno de sus mejores discursos de toda su campaña. Durante la campaña, sin mucho éxito trato de mantener un cierto equilibrio desde izquierda hacia el centro del espectro político. El supuesto era que no ganaría la elección si no procuraba los votos de un amplio segmento intermedio del electorado. Y siempre se metía en problemas para distinguir entre los empresarios corruptos y los empresarios honestos, entre quienes gozan abusivamente de privilegios y los demás ricos. Ahora en cambio, orillado por la lucha política e ideológica se coloca en un plano más coherente con sus principios e ideología. Su discurso contiene un largo catálogo de postulados de izquierda, acerca de la educación, acerca de las funciones primordiales del estado con los más débiles y explotados, acerca del acceso a los medios de comunicación, acerca de las condiciones laborales (horario, salarios, edad laboral, prestaciones, seguridad social, etc.), acerca de la soberanía y la defensa de los recursos energéticos y naturales. Mientras escuchaba estos grandes principios, reflexionaba sobre la ardua tarea por delante de diseñar las formas, los modos, las políticas, las leyes, para ir poniendo en marcha este ambicioso programa de la izquierda mexicana. Por cierto esta palabra debe estar estigmatizada, porque en el discurso de AMLO, a la derecha extrema se oponen las fuerzas progresistas, (no la izquierda moderna, o la izquierda popular). ¡Cuanto trabajo por hacer!

Agrega Aida Hernández:

Más Etnografía sobre la Convención Nacional Democrática

Antes que nada quiero agradecer a Roberto Melville, nuestro cronista no-oficial del CIESAS su oportuna crónica y el tiempo que dedica siempre a mantenernos medianamente informados en un país en el que cada días es más difícil obtener información verídica.

Yo también asistí a la CND como delegada del SUTCIESAS, y si tuve la oportunidad de encontrarme con el grupo de delegados que se reunió en la puerta de Bellas Artes, pero lamentablemente la marea de gente en la que nos metimos separó al grupo y terminamos ubicándonos en distintos espacios.

El evento resultó ser una manifestación multitudinaria en donde las mesas de “trabajo” fueron más bien espacios simbólicos que se distribuyeron de acuerdo a los estados o delegaciones de procedencia. Esto despertó el desencanto de algunos de nosotros que pensábamos que iba a ser posible algún tipo de discusión regional o por sectores. Sin embargo, recorriendo las atiborradas calles que confluyen de Bellas Artes al Palacio Nacional y el mismo Zócalo, nos percatamos que en muchos estados y delegaciones, se realizaron reuniones previas y se prepararon cuidadosamente documentos que planteaban las principales problemáticas regionales y el posicionamiento de estos sectores ante la coyuntura política. Ya en casa pude leer con calma estos documentos y darme cuenta de que en el marco de esta masiva movilización social se están construyendo espacios que van a ser fundamentales para la futura lucha de resistencia pacífica.

Al igual que a Roberto la lluvia estuvo a punto de desanimarnos y mandarnos a casa. Aquí sentimos la primera diferencia de nuestra militancia clase-mediera y la de los sectores populares que gritaban: “llueve y llueve y el pueblo no se mueve”. Terminamos comprando ropa seca en una de las tiendas de la inmediaciones del zócalo que estaba atiborrada de convencionistas mojados comprando ropa para poder seguir en la CND. Uno de ellos le decía a la dependienta que cuando llegaran los de la televisión vendida les dijeran que los seguidores de López Obrador no sólo no afectaron su economía sino que subieron sus ventas.

Una vez parada la lluvia los ríos de gente siguieron llegando. Es increíble que los medios de comunicación ignoren la dimensión de estas movilizaciones. En mucho tiempo no había sentido la energía política y la solidaridad colectiva dentro de una manifestación multitudinaria. El zócalo estaba abarrotado, muchos no pudimos entrar o cuando entramos era casi imposible salir; las calles que van de Bellas Artes al zócalo también estaban totalmente llenas, en cada esquina había un equipo de sonido alrededor del cual se aglutinaba la gente a escuchar a los oradores, había un silencio respetuoso mientras cada uno participaba y al finalizar se discutían las presentaciones. Más que una "horda violenta" estábamos ante una sociedad civil, informada, respetuosa y organizada que esta vez no esta dispuesta a renunciar a sus derechos ciudadanos. De la lucha institucional se ha pasado a la lucha social, en las carpas del plantón, en los barrios, en las organizaciones se esta construyendo esa nueva cultura política.

Los más de un millón de mexicanos que se reunieron en el zócalo este sábado pasado, no eran "acarreados" movidos por el "mesianismo" de López Obrador, cómo intenta presentarlos el cerco informativo, sino gentes de distintos sectores sociales (incluyendo indígenas de Chiapas, Nayarit, Guerrero...) que han venido reflexionando dentro de organizaciones, comités de barrios, asociaciones civiles, espacios familiares, sobre el impacto del neoliberalismo y la necesidad de un cambio social. Se trata de un movimiento que sobre pasa en mucho al PRD, y que ha obligado a este a definirse más claramente como una alternativa de izquierda. Entre los resolutivos que se votaron este sábado estaba la derogación de la Ley de Comunicación antidemocrática que los propios diputados PRDistas habían avalado, con este voto popular se les quita legitimidad a estos diputados y se pone de nuevo en manos de los sectores populares la soberanía del pueblo.

Tengo que confesar que el estilo de la “votación” me resultó realmente desconcertante, era evidente que las decisiones ya estaban tomadas por la dirigencia PRDista y que de lo que se trataba era de buscar el consenso de los convencionistas. Era imposible poner matices, discutir las implicaciones de cada propuesta, sugerir cambios. Nuevamente me tocó ser minoría en las votaciones, ya me estoy acostumbrando a ser disidente aún entre los disidentes…Al igual que Roberto Melville yo consideraba más pertinente que eligiéramos un Coordinador de la Resistencia y no un Presidente alterno o en Resistencia, la experiencia en Chiapas con la gobernatura en resistencia de Amado Avendaño es un antecedente sobre el que hay que reflexionar. El símbolo se desgastó a los pocos meses, la falta de presupuesto impidió hacer ninguna función de gobierno y al final Don Amado se quedó sólo en su oficina en las instalaciones del INI, resentido con toda la izquierda local que se fue retirando a sus casas después de los primeros meses de euforia de la resistencia.

Yo imaginaba más bien esta Convención como en inicio de un movimiento de resistencia que pudiera convertirse en grupos de presión que impidieran que el nuevo gobierno impulsara políticas públicas o reformas legislativas que afectaran a los sectores populares y profundizaran la famosa “reforma estructural” y los procesos de “privatizaciòn” . Pero al escuchar a la gran mayoría de los asistentes gritar “Presidente, presidente…” y levantar sus gafetes, a la vez que nos veían con desconfianza a aquellas minoría (evidentemente clasemediera) que votábamos por la coordinación en resistencia, entendí que la propuesta de la gran mayoría ahí reunida iba por otros caminos. No se trataba de que simplemente “siguieran como borregos” la propuesta de las cúpulas, sino que estaban dispuestos a jugarse el todo por el todo para que Calderón no usurpe una presidencia que no ganó de manera legítima. Sólo viendo a las gentes en esta reunión multitudinaria uno entiende porque López Obrador no tiene la opción de negociar nada que legitime el fraude, a riesgo de suicidarse políticamente. No es el “Mesías tropical” que no acepta su derrota y quiere mover a “las masas para su causa”, es un dirigente que esta siendo presionado por un amplio y heterogéneo movimiento social a no claudicar y jugarse el todo por el todo. La diferencia entre ser coordinador de la resistencia o presidente, no era una diferencia de títulos, sino una diferencia de estrategias que tiene implicaciones muy distintas para el país, ¿organizamos una resistencia para los próximos seis años con el fin de vigilar e impedir políticas antipopulares? ¿o nos movilizamos a nivel nacional para impedir que Calderón tome posesión? Es evidente que esta segunda postura fue la que ganó la votación. Coincida o no con la estrategia, tengo que reconocer que fue un reclamo mayoritario, los “matizados” éramos una minoría, y tal vez subestimamos la capacidad de movilización y presión que tiene este movimiento. El las próximas semanas sabremos las consecuencias de estas decisiones.

Finalizo diciendo que lo que es verdaderamente antidemocrático es el cerco informativo que se esta tendiendo alrededor de este movimiento, es inconcebible que un evento de esta magnitud histórica pueda ser silenciado por los medios de comunicación. Lo mismo hicieron los medios de comunicación con la Masacre del 68, estas complicidades tarde o temprano se pagan con la ilegitimidad y el descrédito. El importante declive del rating de televisión Azteca y Televisa, es parte de esta consecuencias. Que sirvan estas crónicas como una limitada contribución a la ruptura de este cerco.

Saludos:

Aída Hernández Castillo

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